martes, 17 de octubre de 2006

Corazón... qué le has hecho a mi corazón...

Muchas veces uno se ve superado por las circunstancias... Cuando estás en la casa de la polola y descubres con pavor -y cuando el daño ya está hecho- que la cadena está mala; cuando vas a buscar los resultados de la PAA, PSU o sucedáneo (en mis tiempos la única manera era La Nación); cuando tu polola te dice que está esperando guagua; y cuando una mañana cualquiera el noticiario te muestra a los aviones chocando contra los edificios.
Pero no por eso estás preparado para que la vida te golpee... como cuando un "rostro amigo" te cuenta que el show se acaba, que el canal desechó la larga lista de ideas dudosas que poníamos en pantalla cada día. Al menos te lo puedes tomar con humor. Al menos te lo contó el rostro, tomando desayuno mientras las bailarinas pasan y las estrellas de una teleserie fallida comen pan con palta. Hay cosas peores. Como que tu hermano menor te despierte un domingo a las 8.30 para contarte que tu papá tenía un dolor en el pecho y partió a la clínica con tu madre. Duro. Directo al hueso. En ese momento es a uno al que le duele el corazón.
Levantarse con la película completa pasando frente a los ojos, aparecer en la clínica donde está la familia completa, esperar al médico. Horas que recuerdo como segundos. El infarto se desató con furia entre las arterias bloqueadas de mi mal cuidado padre.
Claro, mil veces le dijo todo el mundo. Mil veces él aseguró estar consciente. Mil veces pido que no le pase nada.
Mi familia no es una familia común. Somos incapaces de esperar con cara de circunstancia, inmóviles y apesadumbrados, así que optamos por hablar estupideces y sapear el funcionamiento de la clínica. La tele de la sala de espera siempre está en el canal más fome, somos muchos y pareciera que intentáramos pararnos justo en "la pasá", así que estorbamos en todos lados . La máquina de las bebidas se traga las monedas. Aparece una prima que no veía hace diez años con su marido y sus dos hijos pequeños rubios. Deben ser los únicos rubios de la familia, que es como si hubiera un jorobado o un negro dentro del árbol genealógico. Toda una rareza para una familia donde sólo de cuando en cuando nace un integrante capaz de caminar erguido e hilar frases si babear.
Mis tíos preguntan dónde está el difunto, mientras con mis hermanos miramos con cara de pregunta a cualquier persona que pase con delantal, aunque sea del aseo.
Sale un representante del doctor. Todo está bien, todo normal, el doctor sale en un rato.
Pasa un rato. Uno bueno, en cámara lenta. El doctor tiene mala cara. El infarto no fue leve como creíamos, fue uno de los buenos. El nivel de cagá que existe implica que habrá que realizar otro "procedimiento" (esa es la terminología real para una angioplastía= despeje de las venas mediante la introducción de una sonda a través de las arterias que elimina la grasa, para luego aplicar un 'extend' o tubo que fijará las paredes de la vena para que éstas no vuelvan a cerrarse. Cada extend vale un millón y medio. Luego de esta semana mi viejo cargará con seis, lo que lo hace más caro que Steve Austin).
Sale mi papá, amarillo, semiconsciente, saludando como quien viene del espacio. Uno no haya que decir.
Luego de un rato subimos a su pieza a conversar un par de cosas y hablar incoherencias. Él por efecto de los calmantes. Yo por efecto de mi mente enferma.
El día se transforma en semana, en visitas diarias, en otra intervención y en plata que se adeuda y se acumula, mientras el show se extingue delante de los ojos de los televidentes.
"El padre se vuelve hijo y el hijo se vuelve padre" dice una frase de Superman. La pura verdad, pienso mientras acaricio la cabeza de mi viejo antes de despedirme esa primera noche. La primera de muchas en que acompañé su recuperación... claro que sin traje azul ni capa roja, pa no alarmar a las enfermeras.
Ahora mi padre está en la casa (gracias a todos por la preocupación), y mi programa se fue pa la casa. ¿De quién es la casa? (Si no vieron alguna vez Morandé con Compañía no van a cachar de qué chucha hablo). Mucho para un par de semanas. Mucho para un solo post. Muchas gracias, buenas noches.

7 comentarios:

  1. Partiendo por el gran título de Dyango, me invadió la emoción y recórdé cuando en otros años fuimos a comprar discos y nos quedamos con los grandes éxitos de Gianni Bella. Eran tiempos sin blog, pero con mucha onda. Lamento lo que le ocurrió a tu padre, tanto por su corazón como por su billetera (ver post "La billetera", en chilesiguesocialista). Lamento también que los años de Universidad se hayan ido y lamento que tu programa se haya terminado. Hoy, sólo lamento...Lamento que Venezuela no se haya sentado en al Consejo de la ONU, sólo para joder a los gringos y lamento que Dèmian, mi gato, se haya enojado conmigo ayer porque lo reté porque se comió una planta de mi pareja. Lamento los rasguños que dejó en mi mano derecha (a los 14 lo habría lamentado mucho más).
    Lamento también que el fantasma de la cesantía a todos nos invada de vez en cuando y lamento que a Maura Rivera no se le hayan visto las dos en vez de una.
    En fin... para lamentarse ya estuvo bueno... saludos a tu padre y a su maltrecho corazón, porque sé que mi estilo de vida no me conduce a un destino menos cardíacoque ese.
    Un abrazo
    visita
    chilesiguesocialista.blogspot.com
    errecé

    ResponderBorrar
  2. Anónimo8:56 a. m.

    Estimado,

    Cuando leo sus lineas me rio como solo lo hacia, hace ya largos años, leyendo la Zona de Contacto (Cuando era buena, con onda de verdad, sin aparecidos, sin pretensiones MTV, etc)

    El ultimo POST me trajo recuerdos memorables. Como el mentado pan con palta de los actores demacrados por el bajo rating (si de eso dependiera nosotros ya estaíamos verde de tanta Hass en el cuerpo), como las bailarinas pululando por los pasillos del Canal y la cara de "me estará hueveando" al conocer la triste realidad (Que estaba más anunciado que el voto de Chile en la ONU)

    Pero además, me trajo recuerdos de otra indole. Me hiciste recordar los amargos momentos de espera en una clinica.

    Como a ti, a mi también me toco un papá que prontamente se convirtio en hijo. Un papá que como el tuyo creyo saber más que Hipocrates y desafiando la logica se lanzo en una campaña en contra de si mismo, haciendo oidos sordos a los consejos medicos sobre la diabetes, la hipertension, el cuidado cardíaco, etc. Cada una de esas mañas vale millones, que se terminan pagando en comodas cuotas por dos años de 300 lucas cada una.
    En la locura de esas horas uno no asume los valores totales, que a la larga dan lo mismo porque lo importante, lo que uno busca, es que siga respirando, para no perder mas tiempo, para recordarle lo mucho que uno lo quiere y lo mucho que lo podria extrañar. Que mas da la plata... va y viene, aunque a veces mas va que lo que viene. Pero yo soy un agradecido de la vida, de esos que llega haciendo la rueda a los almuerzos con los gerentes...

    Un abrazo


    Edgardo

    ResponderBorrar
  3. Anónimo9:06 a. m.

    Estimado,

    Cuando leo sus lineas me rio como solo lo hacia, hace ya largos años, leyendo la Zona de Contacto (Cuando era buena, con onda de verdad, sin aparecidos, sin pretensiones MTV, etc)

    El ultimo POST me trajo recuerdos memorables. Como el mentado pan con palta de los actores demacrados por el bajo rating (si de eso dependiera nosotros ya estaíamos verde de tanta Hass en el cuerpo), como las bailarinas pululando por los pasillos del Canal y la cara de "me estará hueveando" al conocer la triste realidad (Que estaba más anunciado que el voto de Chile en la ONU)

    Pero además, me trajo recuerdos de otra indole. Me hiciste recordar los amargos momentos de espera en una clinica.

    Como a ti, a mi también me toco un papá que prontamente se convirtio en hijo. Un papá que como el tuyo creyo saber más que Hipocrates y desafiando la logica se lanzo en una campaña en contra de si mismo, haciendo oidos sordos a los consejos medicos sobre la diabetes, la hipertension, el cuidado cardíaco, etc. Cada una de esas mañas vale millones, que se terminan pagando en comodas cuotas por dos años de 300 lucas cada una.
    En la locura de esas horas uno no asume los valores totales, que a la larga dan lo mismo porque lo importante, lo que uno busca, es que siga respirando, para no perder mas tiempo, para recordarle lo mucho que uno lo quiere y lo mucho que lo podria extrañar. Que mas da la plata... va y viene, aunque a veces mas va que lo que viene. Pero yo soy un agradecido de la vida, de esos que llega haciendo la rueda a los almuerzos con los gerentes...

    Un abrazo


    Edgardo

    ResponderBorrar
  4. Gracias por tus post Edgardo... aunque me parecen peligrosamente similares. Tu sensibilidad me hace pensar que alguien podría proponerte a la gerencia para animar un matinal alguna vez...

    Un abrazo, compañero de palta. Sólo algunos elegidos sabemos cuando es el momento de hacer la rueda.

    ResponderBorrar
  5. Mi querido chileno precioso,
    Mi más sentida solidaridad desde este rincón del planeta. Un abrazo sería suficiente en circunstancias normales, pero yo aprendí a saber como te las gastas, entonces vayan 12 abrazos de toda la redacción azteca (la Lugo se tuvo que ir).

    ResponderBorrar
  6. Estimado amigo: Te agradecería me informases de quien es el autor de la imagen que aparece para poder pedirle autorización para su uso. Gracias, Begoña

    ResponderBorrar
  7. Anónimo1:16 a. m.

    Hey! I'm at work browsing your blog from my new iphone 4! Just wanted
    to say I love reading your blog and look forward to all your posts!
    Carry on the superb work!

    Visit my web page: View my web page

    ResponderBorrar