miércoles, 6 de febrero de 2008
El verano y la amistá
Acá estamos todavía. La gente me reprocha que ya no escribo, pero lo cierto es que escribo más que nunca. No acá, por cierto, pero entre la revista, el diario, el cine y la TV queda poco tiempo para el formato electrónico (el multimedial me dicen). Qué se cuenta? Ni tanto ni tan poco.
Un verano naranja... uaaap!
Sí, como Donald y Jano. Mi verano se ha reducido a estar sentado en la oficina tratando de hacer algo útil para la sociedad. Tuve un par de semanas de vacaciones regaladas y efímeras, porque como tengo varias pegas, las vacaciones en una sólo implican más tiempo para las otras, y no descanso en alguna locación caribeña. De todas maneras uno siempre llega cansado de las vacaciones, así que la diferencia no es tanta (conseguí el mismo resultado sin salir de casa, increíble!). Al menos mis mujeres pudieron ir a la playa (en una nueva edición del clásico veraniego "vacacionesquepagoperonodisfruto), y yo las acompañé un par de fines de semana, los suficientes como para respirar un poco y quemarme los pies hasta que quedaran fosforescentes (mi pigmentación es caprichosa en las zonas no cubiertas por un bloqueador anti atómico), lo que hizo que tuviera que trabajar un par de días con hawaianas (zapatos=ardor).
Santiago ha sido generoso por estos días. Se ha rajado con algunos nublados que para muchos son lo peor, pero a mí se me hacen como maná del cielo luego de estar trabajando con treinta y tantos grados en la oficina (comprobados con termómetro en mano), sin aire acondicionado y pegado a la silla cual chofer de micro con asiento de cuero. No es fácil encontrar qué hacer cuando tienes que cumplir horario completo, estás en diciembre-enero y tu revista va a circular recién a fines de marzo (gracias san Facebook por darme un pasatiempo). En la práctica mis días son como los de un cajero de peaje en temporada baja. Eso hasta las seis, cuando viene mi "segundo turno" y parto al diario. No es todo los días, pero sí más de los que quisiera (incluidos algunos domingo). Tipín 23 llego a la casa a seguir escribiendo, esta vez un guión para una película (más adelante supongo que les contaré todo al respecto). Bueno, eso tampoco es todos los días, pero paso por periodos intesos de 3 y 4 jornadas laborales en una. Bonito. Y la gente dice que no escribo (insisto)...
En la práctica las estoy haciendo todas. En los próximos días tengo que colaborar con guiones para un personajes de TV que va a estar en un programa festivalero. Bum-Bum.
Las verdaderas deudas
He tenido este útimo tiempo varias diferencias de opinión con mi banco. El tema de la plata y las deudas ronda en mi casa como la rubia por Kennedy. Pero no son esas deudas las que me preocupan, sino las del alma. De cierta manera uno le debe a la gente. A la familia, por el tiempo que le quitas o que no puedes darle; pero en especial a los amigos, a esos que sientes cerca pero que por una razón u otra no puedes ver (o ves en instancias como fiestocas o cumpleaños solamente).
Siempre he pensado que con algunas personas no soy más amigo por falta de tiempo. Con mucha gente uno puede retomar siempre desde donde quedó la última vez, aunque haya sido hace años. A otros ya no sabes ni cómo hablarles. Es la gente que va quedando en el camino. "No es falta de cariño" dice la canción, pero de alguna forma pienso que se necesitan instancias. Es por eso que hago un llamado desde acá, para que los excendentes del cobre financien una semana de la amistad en que cada uno pueda dedicarle algo de tiempo a los amigos sin atención, y avisarles como corresponde a los que ya han sido borrados de la lista, pa evitar malos entendidos y bochornos (como cuando ves a alguien en el metro o el supermercado y no sabes si saludar o no... yo 2 de 3 veces me hago el gil). Los que son borrados tienen un día para reivindicarse o si no chao; y los premiados pueden optar a anotarse en el calendario de sus amigos con un par de días al año de dedicación exclusiva. El comercio gozaría (quizás Village resucitaría de la quiebra) y para qué hablar de los canales de TV, que podrían hacer programas con gente sin amigos y subastar amigos famosos (onda gánese una once con...). Los diarios indagarían a los "pokeamigos", el sobajeo, el ponceo y el punteo, mientras Informe Especial mostraría un reportaje especial de amigos en el abandono, con testimonios de gente que tuvo amigos y ahora no... incluso con casos internacionales y una entrevista exclusiva con George Bush. Los especialistas hablarían del ser social y la necesidad de lavarse los dientes para poder entablar una conversación, mientras Roberto Carlos se hace millonario con los derechos de "Yo quiero tener un millón de amigos" y "Amigo", transformados en ringtones (el hombre es un visionario, dirán algunos). El gobierno puede repartir los instructivos y regalar un cheque restaurant más que sea y así mejorar su popularidad mostrándose en sintonía con una problemática social (no le pidamos mucho más). Eso sería. Yo al menos voy a empezar a hacer mi lista. Alguien se inscribe?
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